Wow, para quienes no habían encontrado esta joya fílmica en Netflix, pudieron localizarla cuando se anunció que el 4 de diciembre del 2023 sería eliminada de la plataforma, Death Song o Himno de muerte merece que hablemos de ella.
La miniserie consta de 3 capítulos y se remonta a los años 20 durante la ocupación japonesa en Corea, por su temporalidad, entendemos que incluye algunos aspectos socio políticos de la época pero también el amor de dos artistas que por lo mismo vivieron de manera intensa este romance, un amor tórrido de la vida real que se basa en la vida del escritor Kim Woo Jin y la soprano coreana Yun Sim Deok.
Corea vivió 24 años la ocupación japonesa lo que les limitó sus actividades bajo ese yugo lo cual se recuerda como una época muy negativa en Jeosán, pero de acuerdo a los hechos hubo muchos coreanos que quisieron vivir su nacionalismo lo que les causó problemas con el gobierno japones, y parte de ellos fueron el grupo de teatro donde ambos personajes se conocieron y en donde ella cantaba y el era el director del montaje lo que fue creando un acercamiento entre ambos mientras se preparaban para realizar una gira en Corea.
En 1921 se conocieron en la universidad japonesa a los 25 años, en donde ambos estudiaban y aunque intentaron separarse debido al matrimonio arreglado de Woo Jing, los sentimientos se hicieron cada vez más fuertes entre dos almas sensibles dedicadas al arte en diferentes ramas del mismo.
La actuación de Lee Jong Suk en el papel del escritor Woo Jin es muy elogiable, de ser un rostro atractivo en las diversas series que ha protagonizado, se convierte en un mar de emociones que logra retratar a la perfección lo sucedido, da la impresión que hizo suya la historia y del crecimiento actoral que ha tenido.
Logró una buena química en pantalla con la protagonista Shin Hae Sung en el papel de la soprano Yun Sim Deok, a quien se le atribuyen dos hitos, ser la primera cantante coreana en estudiar música en Japón y haber grabado el primer disco no solo de música clásica sino de música popular, en dicho disco ella eligió integrar la canción Death Song lo que le ha dado nombre a la historia.
Su reencuentro se dio en 1926 cuando se desataron rumores de que la cantante recibía beneficios de un adinerado coreano lo que interpretaron como que ella otorgaba favores, sin embargo eso estaba lejos de la realidad, su corazón pertenecía a otro, al escritor, su benefactor quiso impulsar su arte pagando los estudios del hermano de la soprano para que ella se pudiera dedicar de lleno a la grabación de su disco en Japón, a donde fue para grabar y reencontrarse con su amor.
Sin embargo se presentaron diversos factores en los que el gobierno japones en Corea quiso utilizarla como cantante para presentarla donde ellos determinaran lo que provocaría estar lejos de su amado y el por su parte debería regresar por las presiones de su familia que lo querían regresar para que se encargara de los negocios familiares, especialmente de su padre violento y controlador, sabían que el adiós estaba cerca, sin duda el final te va a impactar y no tratamos de romantizar la decisión que tomaron, recordando que fue algo que sucedió en la pareja real, ellos tuvieron sus razones, para ellos fueron válidas para quienes nos quedamos con ganas de que su arte siguiera por mucho tiempo, no.
Vaya historia, vaya actuaciones tan geniales, si quieres que estos protagonistas te envuelvan en su trágica historia te invito a que no te pierdas la oportunidad de ver la serie, de esas que tienen argumentos sólidos e impactantes y que no siempre encuentras ya que la comedia ligera es la que va ganando terreno.
Te espero en la próxima entrada y recuerda que las estrellas las otorga el público.
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